jueves, 18 de marzo de 2010

Articulo Semanal: Dirigencia peruana: Manejo chicha y el problema U-ADFP-Líneas aéreas.

El problema de la U y la ADFP tiene un factor determinante: mal manejo dirigencial, manejo chicha digámosle. Tanto la dirigencia de la U como la de la ADFP dejaron bastante que desear en todo este asunto. Yo pensaba ahondar en temas legales y libertades comerciales, pero al final del día este problema (después de revisar información de ambas partes) si que es bastante simple de entender. Eso si, tenemos que verlo desde una perspectiva global (viendo toda la fotografía no sólo las caritas bonitas). Comencemos:

Como punto de de inicio, la U quiso hacer lo que se sabía que no se podía hacer: dejar de reconocer un convenio institucional de la ADFP (de la que es socio voluntario). Como ya sabemos, este desconocimiento generó un problema mayor ya que se pretendía suscribir un contrato privado con una aerolínea diferente a uno de los sponsors oficiales del torneo peruano. Y punto, he aquí el generador principal del dilema.

La ADFP es la unión voluntaria de los 16 clubes que compiten en el campeonato profesional peruano. Son todos socios y en teoría, todos tienen el mismo peso en cuestión de voz y voto. Como en todo club – de barrio, comunal, entre otros – hay reglas y leyes que sus asociados tendrán que acatar. La U no sólo no quiso aceptar reglas, peor aún, quiso desconocer lo antes ya pactado. Y es importantísimo entender el concepto global aquí: por más que no te gusten las reglas, estas están para cumplirlas.

Y si, el contrato de la ADFP y LAN llega al límite del ridículo. Todavía no puedo comprender como un sponsoreado paga por serlo. Y es que LAN no otorga dinero como uno de los sponsors oficiales del torneo , sólo da “tarifas promocionales” de $1.60 por pasaje (si no me equivoco). Sin embargo, quiero que lo siguiente quede mas que claro: a pesar que el contrato que tiene la ADFP puede llegar a ser aberrante, es un contrato que la U – como socio– tiene que aceptar. Y si no le parece, pues las puertas están abiertas, nadie obliga a nadie a ser parte de una organización. En caso contrario hay vías para reclamar por algo que puede sonar injusto, patear el tablero como un niño picón no es una de ellas.


Comienza la batalla de los bravucones

Ahora bien, el mal manejo no sólo se vio en tienda crema. Bastante claro era el hecho que tenía que haber una sanción económica, más no deportiva, ante la negativa de la U de firmar el acuerdo con LAN. Esto no ocurrió: la U fue inhabilitada injustamente (basándonos en las bases del torneo). Y aquí comienza todo el folklore chicha.

Cuando muchos dirigentes, hinchas y periodistas creían que la célebre frase “la U es la U” podía ser usada como un excusa licita e inigualable para imponerse abusivamente ante el obvio desacato institucional, la gente de la ADFP tenía otros planes. Estos últimos no iban a perder esta vez, no podían hacerlo. Y es que es lógico, ya que sin el convenio con LAN y su consecuente “bolsa de transporte”, muchos clubes no podrían participar en el campeonato. El fútbol profesional rentado tal cual lo conocemos dejaría de existir. (¿Ya vamos comprendiendo el porqué LAN hace y deshace con la ADFP?).

Los dirigentes de la U entraron como unos bravucones, haciendo entender que sin la U en el campeonato el mismo sería una sinrazón, aludiendo argumentos basados en la ambigüedad de las bases y estatutos de la ADFP. Los otros clubes luchaban por su subsistencia y aplicaron la ley del ojo por ojo versión chicha: “tu te me haces el bravucón, yo soy mas bravucón que tú”. La inhabilitación como medio de intimidación estaba más que cantada.


Campeonato sin la U no es campeonato, la U sin campeonato no es la U.

Y a donde llegamos con todo esto. La U – y meto a la colada a Alianza - ya no puede pensar que por ser uno de los equipos mas grandes del país puede crear un estado anárquico y hacer lo que le venga en gana cada vez que está en desacuerdo con algo.

Y no me entiendan mal, yo les doy toda la razón a los dirigentes de la U para que busquen la mejor rentabilidad para su institución. Tampoco sugiero que cualquier institución acepte a “ojo cerrado” lo que se diga en la ADFP, pero como decía antes, hay modos y vías de reclamar ante situaciones que son poco favorables e injustas.

No quiero ver un campeonato sin uno de sus estelares, como lo es la U o Alianza, ya que por razones tanto emotivas como económicas estas ausencias le harían mella a la calidad del campeonato. Sin embargo, no nos podemos olvidar que el fútbol peruano está como está por esta maldita cultura informal que nos hace suponer que ni la U ni Alianza pueden faltar, así estos dos clubes cometan grandes infracciones a la legalidad y al bien común. No nos olvidemos que clubes tradicionales han sido marginado de sus respectivos campeonatos para preservar la calidad de los mismos: Leeds en Inglaterra y Juventus en Italia por citar sólo ejemplos bien conocidos.

Lleguemos a la solución

La cámara arbitral dispuesta por la F.P.F fue una decisión bastante acertada. Levantar la sanción deportiva a la U también. Ahora lo que suceda con ese fallo es donde no queremos ver más cultura informal de parte de nuestros dirigentes.

Para mí la solución es bastante sencilla: la U tiene que aceptar lo que se firmó en la asamblea de delegados a principios de este año, reconociendo todo lo que esa firma conlleva: ser parte de la bolsa de transporte, aceptar sanción económica por incumplimiento de convenio, entre otros. Como también desde ya, comenzar a especificar lo que el próximo año a la U no le cuadra de las actuales reglas y estamentos de la ADFP y trabajar conjuntamente para llegar a un buen cauce (antes de confirmar su participación como socio). Hay que recordar que siempre las puertas están abiertas, tanto de entrada como de salida.

Adolfo Unda.

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