Luego que la “U” desperdiciara una inmejorable situación de clasificar a octavos de final frente al débil Blooming boliviano, toda esta semana se habló del partido en Buenos Aires. Los fantasmas de cómo se dio la eliminación del año pasado rondaban tanto en los comentarios de los hinchas como en la prensa local.
Sin embargo, algo para resaltar fue la mentalidad del equipo. No se sentían eliminados y es más, estaban convencidos que clasificaban jugando de visita. Aún no se puede afirmar si Universitario clasificará o no, una vez más se depende de terceros para pensar en los octavos de final.
El lado positivo:
- El orden táctico en defensa: el equipo se paró bien durante el encuentro. El pressing ejercido durante los 90 minutos funcionó de manera impecable. Algo que todavía sigue siendo una debilidad muy fuerte: La pelota parada. Cada corner o tiro libre era un martirio para la defensa y el arquero. En este aspecto se tuvo suerte.
- El aspecto físico: este es un equipo que corre y que no se cansa. Termina desgastando al rival bajo la premisa de cuidar la pelota y el cero en el propio arco.
- Los cambios del entrenador: pocas veces se ve un entrenador que se saque un volante de contención y coloque un delantero. El 0-0 brindaba gran posibilidad de clasificar a octavos, pero el entrenador leyó bien el partido e hizo un cambio arriesgando: Ruidiaz por Gonzáles. Casi le sale perfecto el cambio a Reynoso pero el delantero falló un gol que hubiera sido el de la clasificación.
El lado negativo:
- La falta de delanteros: Universitario no tiene contundencia ofensiva y esto no es del presente año. Se arrastra desde el año pasado. Y en este sentido el entrenador tiene responsabilidad. Piriz Alves no ha demostrado ser la solución.
- Un arquero dubitativo: el año pasado luego de los Play Off ya se voceaba a Fernández como el arquero fijo para la selección. Contra Lanus demostró que aún le falta mucho por madurar y mejorar. Los partidos de Copa le van a servir.
- Una defensa sólida en balón en juego pero que hace agua en pelota parada y unos laterales que se proyectan pero que no atinan a dar un buen centro: el mayor mal del futbol peruano de los últimos años. Seguimos con futbolistas que no tienen los fundamentos básicos para jugar al fútbol profesional. Si no se trabaja en menores, nunca mejoraremos.
- La bronca del final: nuevamente pisamos el palito y en caso la “U” clasifique, no contará ni con Galliquio ni con Fernández para el siguiente encuentro.
El partido resumió las principales deficiencias del fútbol peruano. Un equipo que juega al centro sin saber centrar, pero con orden y disciplina táctica. El partido estuvo para cualquiera. Se pudo ganar con la ocasión desperdiciada por Ruidiaz pero también se pudo perder con una pelota parada.
Los tres equipos peruanos han dado competencia en la Copa Libertadores, pero hay que resaltar que el hecho que los equipos bolivianos estuvieran en los grupos, fue de gran ayuda.
Empezar a trabajar en las divisiones inferiores es lo único que queda.
Ernesto Benavides
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